La intensidad como transmutación

Un cuerpo se sustrae de la realidad, está como ido en la oscuridad, donde palpita a ciegas.

Un cuerpo yace en la orilla, por poco las olas no lo alcanzan. Parece estar suspendido de muy alto con la mirada.

Un cuerpo narra todo lo que acontece, le habla a las cosas sin cuerpo sobre la naturaleza del tiempo.

Un cuerpo aferra lo que toca, lo que apenas toca, lo que podría estar tocando, y nada más.

Un cuerpo ha caído en su propia carne, pero también podríamos decir que se tiró.

Un cuerpo admite lo que sea que insista.

Un cuerpo renuncia a la libertad a medida que se incorpora, y más precisamente, renuncia a la felicidad.


2012